Tomando un descanso... {Sel & Nick}

Cuando la escuché reír, reí yo también, la bajé a la arena y le dí un beso en los labios, sonriendo.
Bien, muy bien...
Le dije, todavía sonriendo. No podía dejar de sonreír porque la extrañaba demasiado. había pasado mucho tiempo desde la última vez.

Ambos estábamos en la misma situación; no podíamos parar de reír ni de sonreír ni nada. Parecía que estábamos en una especie de shock.
Nada interesante... ¿A ti?
Le pregunté, mientras me sentaba en la arena encima de mi toalla para no llenarme de arena en todo el cuerpo.

Al escuchar su respuesta, le sonreí y me senté. Luego, al ver que se santaba junto a mí y que sacaba dos botellas con agua.
Si, gracias, Selly.
Le dije, volviendo a sonreírle. Cuando escuché lo que dijo y reí. Cerré fuertemente la botella, me puse de pie y corrí detrás de ella.
Ya verás como te ganaré...
Luego de decir eso, la abracé por detrás, rodeando su cintura con mis brazos y haciéndola girar. No dejaba de reír al hacer eso y finalmente nos tiré al mar a ambos.

Cuando etábamos en el mar, ella comenzó a mojarme y yo simplemente reía. Muchas veces había jugado así con Frankie y muy pocas veces me daba por vencido.
Tendrás que esforzarte más para ganarme...
Le dije riendo. Luego me acerqué a sus labios y la besé una vez más. Me encantaba eso y jamás dejaría de hacerlo.

Al escuchar su respuesta y que me tiraba más agua, reí a acarcajadas, para luego acercarme a sus labios y besarla. Cuando sentí que ella me besaba igualmente, sonreí sobre sus labios.
Claro que lo se... Yo también te amo, hermosa.
Luego, la abracé por la cintura, acercándola a mí y volviendo a sonreír, mientras seguía besándola.

Mientras nos besábamos sin importar qué, pude escucharla decir algo, lo único que hice fué mirarla y sonreír. Luego, con mis dos manos, la subí a mi cintura y le sonreí. Volví a besarla en los labios y luego de unos segundos, le pregunté.
¿Te gustaría casarte conmigo?
No sé por qué lo había dicho, pero así lo había hecho: estaba enamorado de ella y quería casarme.

Mientras esperaba su respuesta, le sonreía mirándola. Había pensado en decírselo desde la última vez que estuvimos juntos... En mi departamento. Esa noche había sido especial, única y jamás la olvidaría. Cuando escuché su respuesta, no podía creerlo: ¿me había dicho que sí? Vaya, era el mejor día de mi vida. Con toda mi felicidad volví a besarla, casi apasionadamente. Estaba muy contento.

Al escuchar que me hablaba, me separé un poco de sus labios y asentí. Esa había sido una pregunta fácil de contestar.
Claro; ¿tu no?
Le pregunté, levantando una ceja divertido. Seguí besándola mientras ahora la abrazaba fuertemente; ya no la quería soltar más.

Al escuchar su respuesta, sonreí y la seguí besando por unos momentos más. Al escuchar su pregunta, me separé completamente de sus labios y simplemente me encogí de hombros.
Lo que quieras.
Le dije, con una sonrisa, para darle un último beso, al menos por el momento.

Al ver que comenzaba a nadar por el mar, yo solo la miraba sonriendo. Mientras la miraba, pensaba qué anillo le compraría; solo una cosa era segura: sería el mejor anillo que pudiera conseguir.

Escuché como me llamaba y me acerqué a ella nadando lentamente. Cuando sentí su beso en mis labios, le sonreí y abrazándola por la cintura, le dí otro beso.
Aquí estoy para lo que quieras.
Le dije, riendo.